Las 7 vidas de Olivia

Obra: Las 7 vidas de Olivia. Lorena Juárez y Andrea Varela. Foto: René Figueroa.

Reseña crítica sobre Las 7 vidas de Olivia, escrita por Lorena Juárez, dirigida por Oscar Suncín y montada por Dos o tres y Deus ex machina. La obra nos lleva por la historia atemporal y fragmentada de dos mujeres que se encuentran en diferentes tiempos y espacios.

El texto de Juárez nos demuestra las posibilidades de la hibridación de lenguajes al asumir el melodrama como estética. En este sentido, la dramaturga mezcla estilos narrativos de la telenovela, la radionovela y el texto teatral. Esta combinación de lenguajes se va hilvanando a través de la historia de dos mujeres, Olivia y Mary Key, que transitan por tiempos y espacios disimiles. La historia nos deja ver la posibilidad de ser dos personajes femeninos y al mismo tiempo muchas mujeres en diversos lapsus. El dúo de la obra nos propone leerlas como metáforas de los discursos de tormento, violencia y sororidad. Del texto quisiera señalar la fragmentación como virtud y recurso que rompe con la tradición de la linealidad temporal. Esto es vital no solo para pensar este espectáculo sino para entender la poética de una generación de artistas. La puesta en escena logra clarificar la historia al marcar la narración central en el periplo de Olivia.

La puesta en escena de Suncín, retoma los valores estéticos del guion y propone un relato fragmentado. Sobre la escena se van representando las historias múltiples que viven los dos personajes, vemos resoluciones minimalista e inteligentes que no temen dejar a la vista de la audiencia la artesanía teatral. El director ha diseñado un espectáculo en el que los personajes y la escena están constantemente revelándose. El melodrama se acentúa al presentarnos el mundo caótico de Olivia, interpretado por Juárez, como personaje protagónico. Es la historia sacada de cualquier novela de kiosco, sobre el escenario se transforma desde un lenguaje kitsch, estética recurrente en las últimas producciones de Oscar.

Obra: Las 7 vidas de Olivia. Andrea Varela y Lorena Juárez. Foto: René Figueroa.

La estética kitsch es complementada con el mundo pop. Ambos estilos visuales se nos revelan en el escenario. Mary Key, interpretada por la actriz Andrea Varela, tiene un diseño de vestuario que la acerca a las cantantes pop como Lady Gaga o Britney Spears. Esta lógica del vestuario también se verá en otros personajes como en la escena de las Geishas en la que se retoman las siluetas y vestuarios de la cultura japonesa y se reestructuran a partir de los estilos mencionados. Por otro lado, la escenografía está hecha por contrastes, sobre todo resaltan el celeste y el amarillo en colores vibrantes como los del arte pop.  Los recursos escenográficos también se diseñan a partir de objetos multifuncionales y que tienen un acabado de formas limpias. Por ejemplo, en el espectáculo vemos como un mueble cuadrado de color amarillo se transforma en un escritorio, una ventanilla de farmacia, un tocador de camerino.

El trabajo de las actrices es de suma importancia y al mismo tiempo es un reto al tener que desdoblarse en tantos personajes. En este sentido, el espectáculo tiene algunas fracturas pues las interpretaciones suelen quedarse en un mismo registro. Es fundamental encontrar los matices. Por otro lado, Lorena y Andrea logran mantener el ritmo del espectáculo al hacer las transiciones. Esto demanda un trabajo de filigrana y de dramaturgia actoral sustentada en la precisión. Además, algunas de estas escenas están apoyadas con la voz en off que se convierte en un tercer personaje del espectáculo.

Las 7 vidas de Olivia es un proyecto escénico que nació durante la pandemia por Covid-19. La obra se produjo contra viento y marea. Esto es fundamental para entender el desarrollo paulatino del espectáculo. La obra nos invita a entender otras formas de narrar, en este caso desde la hibridación de lenguajes dramatúrgicos, nos invita a entender la escena también como desnudez y desde otras estéticas poco exploradas en el teatro salvadoreño actual.

Publicado por rochacortez

Actor titiritero, crítico teatral e investigador cultural. Me interesan las artes, la cultura, exploro la cultura urbana homosexual, los entornos urbanos desde una mirada subjetiva, íntima. Observo y comparto lo que está a mi alrededor. Me gusta la crónica, el mar, los atardeceres, los gatos.

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